QUEM MATOU WALTER BENJAMIN?
No âmbito de um colóquio de dois dias em torno da figura de Walter Benjamin, a Culturgest mostra (no dia 24 de Fevereiro às 18 h.), pela primeira vez em Portugal, o documentário do realizador argentino David Mauas sobre a estranha morte de Benjamin em Port Bou, em Setembro de 1940. A seguir à projecção haverá uma conversa (moderada por mim, J. B.) entre o realizador e o compositor José Júlio Lopes, cuja ópera W, com libretto sobre a morte de Benjamin, estreará em Dezembro na Culturgest.
SINOPSE
PORT BOU, 1940. Em 25 de Setembro, após sete anos de exílio, Walter Benjamin atravessa os Pirenéus num esforço desesperado de escapar à ocupação de França pelos nazis. Dispõe-se a passar a fronteira clandes-tinamente e, atravessando a Espanha franquista, chegar a Lisboa, com um visto para os Estados Unidos no bolso. Uma súbita mudança na legislação espanhola impede-lhe a entrada na Península. Benjamin vê-se obrigado a pernoitar numa pensão de Port Bou, sob apertada vigilância de três polícias que têm ordens de deportá-lo para França na manhã seguinte. Nessa mesma noite, Benjamin inicia uma agonia que o levará à morte vinte e quatro horas mais tarde. A tese até hoje corrente é a de que se tratou de suicídio. Mas o relatório médico refere o caso como morte natural.
Terá o médico escondido a verdadeira causa da morte? Tinham as autoridades espanholas conhecimento da importância deste «viajante estrangeiro», judeu que foi enterrado segundo o rito católico e com o nome trocado («Dr. Benjamin Walter»)? Tratou-se realmente de suicídio?
Quién mató a Walter Benjamin... busca respostas para as duvidosas circunstâncias da morte, há mais de sessenta anos, deste ilustre refugiado, ao mesmo tempo que traça o retrato de um lugar de fronteira, encravado entre duas frentes, testemunho de evasões, perseguições e esperanças defraudadas...
O realizador explica a génese do documentário e as linhas de sentido que orientaram o seu trabalho de investigação e realização:
Cualquier estudiante universitario que haya abordado estudios de comunicación, arte, cine, traducción, lenguaje o pensamiento filosófico se topo alguna vez con el nombre de Walter Benjamin. Mi primera incursión en el pensador, como estudiante en la Academia de Artes de Jerusalén, fue a través de “La Obra de Arte en la Era de su Reproductibilidad Técnica”, texto obligado de lectura y escrito clave a la hora de intentar aprehender el destino de la realización artística —especialmente audiovisual— como resultado del progreso tecnológico.
Años más tarde, ya radicado en Barcelona, se me encarga, por parte de la Televisión Israelí, la realización de un reportaje especial con motivo del sesenta aniversario de la muerte del filósofo. Grande fue mi sorpresa —y mi ignorancia retroactiva— cuando me entero que este ilustre pensador culmina su vida a unas pocas horas de viaje de Barcelona, en una pequeña localidad hasta el momento desconocida, llamada Portbou.
Como consecuencia de la realización del reportaje, empieza a crecer en mí la necesidad de investigar más a fondo lo sucedido de cara a una posible propuesta documental. Todo lo leído hasta el momento sobre su muerte no terminaba de convencerme, y la verificación in situ , es decir, en el pueblo, dejaba mucho lugar a dudas.
Lentamente fue cristalizando una figura clara. La muerte de Walter Benjamin en Portbou, no era solo el fracaso de un personaje ilustre, sino la representación de toda una generación de refugiados que intentaban salvarse de las garras del nazismo huyendo desesperadamente a través de los Pirineos. Pero también era, el encuentro con otro avatar histórico no menos relevante: las heridas de una guerra fraticida, la ocupación, las represalias, la corrupción. Tenía ante mí la posibilidad de trazar la confluencia entre dos universos, entre dos encuentros violentos que marcaron el siglo veinte: La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil española.
A medida que se iba avanzando en la investigación, era mayor el convencimiento de que era necesario apartarse del modelo histórico clásico, que intenta inútilmente aprehender lo sucedido sin detenerse en la investigación del escenario. No era suficiente con centrarse solo en Walter Benjamin, era imperativo también detenerse en el estudio de esa pequeña localidad: en sus redes de contrabando, en las relaciones entre los vecinos, en dilucidar la participación de cada uno de los distintos personajes que directa o indirectamente, se encontraron aquella fatídica noche de septiembre de 1940: el médico, el dueño de la fonda, el juez, el alcalde, el comisario, otros.
Esta manera de aproximación al tema, nos permite trazar una estrategia narrativa, a la vez universal y a la vez local. Por un lado, Walter Benjamin, y el mundo en que se encontraban estos refugiados, por el otro, Portbou, el retrato de un pueblo catalán, uno de los últimos reductos de resistencia frente al avance imparable de las tropas franquistas sublevadas. Finalmente ocupado, se convertiría en el escenario terrible del hambre, la corrupción, las represalias, los favoritismos. Un pueblo con las heridas apenas cicatrizadas, por momentos deseoso de expresarse, por otros de callar. Una especie de enigma que es necesario desentrañar. Y que, a pesar de los años, continúa siendo escenario de pasos clandestinos, inmigraciones, deportaciones y silencio deliberado.
Lo universal y lo local. El desafío de retratar una época que no se agota, llena de grietas por donde seguir mirando, o si se quiere, la fascinación por un momento histórico que visto desde la distancia de este nuevo siglo, tiene mucho de actualidad.
Y así, más de diez años después, me encuentro nuevamente con los textos benjaminianos sobre mi mesa, y algo más, la historia de un pueblo, las biografías de personas hasta el momento desconocidas para mí, pero que podrían venir en nuestra ayuda a la hora de descifrar el enigma, ya no del filósofo, si no de Benjamin hombre, solitario, refugiado.
David Mauas
Mais informação e um trailer do filme aqui.
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